miércoles, 3 de agosto de 2011

La vaca que lo sabía todo. un relato bostapunk

La vaca que lo sabía todo

Se que mi vida es una mierda. No puedo evitarlo ni mirar hacia otro lado.
Cuando siento que estoy encerrado en una caja me escapo unas horas a donde las carreteras están llenas de estiercol.
Siempre acabo saliendo de mi lata en uno de esos sencillos lugares llenos de hierbas altas y donde llueve con frecuencia. Los árboles son frondosos y altos.
Cuando hace sol casi no se ve brillar, salvo en el prado. Allí siempre está ella.
Perdido por ver vidas sin rumbo, ahogado en una sociedad drogadicta y enferma, hundido en la intransigencia y el egoismo de un montón de gente que si dejas por separado
difícilmente podría aspirar a ser una simple persona.
A la vaca nada de eso parece importarle.
Ella sabe algo.
Come la hierbas altas y se caga en ellas. Estoy seguro de que sabe que algún día la matarán para comérsela. No cree tener que hacer nada al respecto.
De momento comía hierbas con una masticación alargada que en nuestra vida turbopropulsada al más paciente exasperara.
Mi puñetero coche. Mis piernas trencas de enfermo social, el cruce de caminos, los árboles, el prado, y la vaca, que lo sabía todo.

Yo le decía a la vaca
- Pobre de ti, vaca. Vaca come vaca
Cuando venía el toro decía muu.
Cuando yo trataba de exaperarla no decía nada, sólo masticaba.
La muy puta lo sabía todo.
Todos mis delirios enfermos, mis noches sin dormir, mís días sin vida, mis ansias derramadas, el humo del tabaco, el aire que se me escapa,
la senectud que me amenaza y allí
la vaca.
Me enfade con ella por su serenidad inafectada.
Yo le decía a la vaca
- Sólo quieren tu leche de vaca.
y ella no decía nada, ni tampoco se callaba, como buena conspiradora que era solamente masticaba.
El hortera delirio de la retribución debida a la vaca que rumiaba.

Un día no pude más. Mi trabajo no lo aguantaba y la hipoteca la tenía impagada. Si el toro me cogía sabía que sería todo culpa de la vaca.
Y le di un empujón a esa enorme atontada. Un mal golpe de costado y se me cayó encima. Entonces si que mugió algo, pero yo no entendí el que.
Estoy sangrando, no puedo moverme. La maldita vaca hizo unos gestos con las piernas, se puso a cuatro patas y ni siquiera se fue, se quedó alli, pastando.
Mis huesos están rotos, el dolor es insoportable. Yo dije afectadamente - ¡Pide ayuda, vaca!
y ella no dijo nada.
Asi que fue la pataleta enrabietada la que me dejó medio muerto y solo a los pies de una vaca.

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