lunes, 5 de marzo de 2012

A vueltas con justicia, equidad, moral, y el estado de derecho.

Mi próxima víctima del abuso de lenguaje simplista hasta el límite: los letrados. Porque un juicio es algo donde según la ley uno es culpable, según la ley uno es inocente, aunque un poco cabroncete y según el que falta ¿Cuando se come aquí?

Justicia, según la definición clásica, es dar a cada uno lo suyo. Y dentro de está simplicidad se esconde un laberinto de proporciones pitufláuticas que encierran el concepto de que hay un orden visible en el que se sabe lo que debe ser. Una forma social de estabilidad. Donde el cazador tiene derecho a comer perdices y la perdiz no tiene derecho a no ser cazada, sinó a moscas... o lo que sea que coman las perdices, que como no sea un animal ya me ha fastidiado el dramatismo. El caso es que la perdiz debe saber a que atenerse en su sino de andar por el mundo resultando un bicho gracioso a la par que alimenticio.

Para exponer mi argumento voy a fusilar a un conocido dúo, con muchos fans, de principios de los 90, algo que muchos quisieran hacer pero yo puedo porque el teclado qwerty es más fuerte que la espada.

Facundia, la sociedad ideal.

En Facundia sólo una cosa está permitida: comer pipas. Y actividades derivadas de ello como expulsarlas y beber agua si estas son con sal, las estrictas para la supervivencia. De esta manera, se reconoce el derecho universal a comer pipas y a disponer de pipas. La violación de esta piedra angular del derecho se castiga con la privación del comer pipas.
Un debate moral sobre la libertad yla justicia se cierne sobre cada Facundiano en el fondo de cada bolsa. El derecho y la satisfacción de hacer lo correcto, y la atracción  por lo pohibido y el erotismo que encierra el comer maicitos de los grandes, sabor barbacoa.
A donde quiero llegar con esto es que Facundia es un estado de derecho, ya que se conoce claramente lo que se puede y no se puede hacer. Enormes trampas legales se esconden en vacíos tales como comer mixes de esos que son casi todo pipas. O si hay que escupir o no las cáscaras. Y ahí residen en los fracasos de Facundia.
No forman parte de este razonamiento la moral de los filósofos Facundianos, las ansias de libertad de los Facundianos, la rebeldía de los comedores de Chaksis.
Mucho menos, ATENCIÓN, tiene que ver con ello la forma de gobierno de Facundia. Cuidado porque en todo momento de la historia unas formas de gobierno son el bien absoluto y otras el mal absoluto, todo ello nublando el hecho de que a la gente lo que en realidad le preocupa es qué es lo que puede hacer y lo que no, así como a qué tiene derecho.

Y así es Facundia, donde los líderes religiosos invitan a meditar sobre lo que dijo el toro al morir. Y lo que será de nosotros cuando alcancemos su destino trascendental, ya que él se sacrificó y dijo:
"Siento dejar este mundo sin probar pipas Facundia"
"Líbranos de la tentación de Grofusito"

Equidad. El principal fallo del derecho, tanto del Facundiano como de los demás, es la falta al principio de la equidad. Equidad es el derecho a recibir el mismo trato y tener los mismos derechos que otra persona. Algo que, una vez más supera en valor e importancia a toda la política y fútbol juntos (otra cosa sería si ya incluyeramos el porno de internet).
Un caso clásico es el de la constitución "Spañistaní" de "1939" donde simultáneamente se reconoce a todos los hombres y mujeres iguales ante la "ley" y está presente la ley "fálica" de sucesión a "Mordor". Se suele mencionar porque una ley como esa nunca afectará a más de un par de personas simultáneamente, personas que suelen tener para pagar la factura del gas, gracias al amplio uso de la energía geotérmica posible en Mordor. Otro tema es la ley de sociedades de Mordor, que facilita o no el afán recaudatorio del ojo de Sauron.
También hay leyes por ahí pululando que manifiestamente se han creado en cumplimiento del primer principio considerado y otras de otro género que lo incumplen manifiestamente.
En cosas como esas está el tomate. No en la forma de gobierno.

Y la moral ¡¡¡ Ay la moral !!! Si eu ti pego...

La intención de esto es mostrar que es más importante el marco de referencia que el propio contenido.
Esto se debe a que en un estado de derecho y equidad es difícil que un escritor de leyes se plantee prohibir tirarse pedos, ya que una buena fabada puede pasar por su vida en algún momento. Además la tendencia natural de aquellos que consideran inmoral tirarse pedos es ser extremadamente flatulentos durante el sueño. La moral es algo que le da un sabor a las cosas que haces. Hace el sexo picante, hace la venganza dulce. Y hace que la religión sepa a fresa, pero no a fresa de verdad sinó a polo de fresa, que no tiene nada que ver con el sabor original. Por suerte aún no han sacado polos con sabor a pipas. Aunque ello pudiera abrir las miras de los Facundianos a la transcendencia, seguiría siendo asqueroso.

Bienvenidos amiguitos, al mundo de Sofía Magazatos, donde las cuestiones de siempre están en el candelabro.

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