domingo, 14 de junio de 2009

Vende bien tu moral y tu vergüenza fingiendo que te cuesta


Egoismo es la palabra. Querer escapar de él es como abrazar directamente el masoquismo, o, lo que es aún más frecuente, la autocensura. Constantemente tenemos que negar y esconder que todos preferimos que sufra alguien distinto de nosotros en lugar nuestro, no porque seamos unos sádicos, sinó porque, como organismos vivos replicantes, no somos autosádicos.
La culpabilidad y la vergüenza son conceptos muy postizos y culturales que se entrometen constantemente en nuestro modo de actuar e impiden que nos
comportemos de una manera lógica y simbiótica. El tejido social es de algún modo una solución de compromiso, es como la mentira aceptada globalmente que convertimos entre todos en realidad, como la democracia, que consiste en que los corderos sean funcionarios de los lobos, y los lobos ministros de los leones, y los leones, a su vez, comida para los gusanos de tierra, que parencen tontos pero al final se los comen a todos.

John Nash hizo cosas, como por ejemplo demostrar lo útil que es colgarse un cencerro para demostrar que alguien puede ganar premios imitándote para hacer una película como si no hubieras existido, como si fueras recreable, como si el glamour no se sentara en el retrete.
Además encontró una solución matemática para el egoísmo (equilibrio de Nash), que si la estiro cual chicle pegajoso bien babeado me hace deducir:

- La simbiosis es posible si ambas partes intercambian información para conseguir un acuerdo favorable a ambas y existe un punto de encuentro.

- La información es incompleta, la confianza es limitada.
- La solución escogida es la más favorable independientemente de l
a que tome la otra parte.
- El acuerdo no es posible porque nadie nunca cede.

Naturalmente que el acuerdo en ocasiones es posible,
pero sólo lo es si es la solución de menor energía de salto, la solución con menor variación de entalpía, en otras palabras, la solución que requiere menos esfuerzo para producirse, es decir, lo fácil.

Pero entonces no tenemos un equilibrio de Nash, ¡A lo mejor lo que tenemos es coacción! Nadie nunca tiene en cuenta que dándose el dilema del prisionero en la vida real, lo más normal sería que ambos confesaran bajo tortura y punto, de encuentro quiero decir.
Todo esto mientras carestía internacional en vez de hacer problemas matemáticos lo que hacen es la contabilidad de su dinero, que, por supuesto, es para beneficio de los demás. Y es que si a veces pedir ayuda para uno mism
o se considera una patética aceptación de la derrota, pedirla para un tercero raya lo increible.

Podemos masturbar el tema todo lo que
queramos, el equilibrio siempre está fofo y el orgasmo democrático no existe.
La promesa de la democracia es algo increible, un festival en el que supone que no gana el más fuerte, como una corrida de toros en la que los toreros van flus, con una goma en las pelotas y una multitud aclamando para que se carguen al torero. En el fondo todo el mundo quiere que ahí muera alguien, vino rojo rojo, punto de encuentro. Naturaleza violenta.

Es justo y necesario que también hablemos de morales e ideales, pero no por todas las jilipolleces que se les han arrimado a lo largo de la historia, sinó más bien por la simbiosis natural, que es como las hojas de las plantas, papel higiénico verde y natural para limpiar nuestra mierda: La parte de la naturaleza que no consiste en matar otras cosas para seguir viviendo.
Propongo un fácil esquema para la determinación de la moral autónoma, esquema que, como toro semental, ha sido masturbado hasta la saciedad.

"Es mucho mejor para mi que para ti, pero para ti no es tan malo por lo que te dejas joder"

No matarás (religiosos maquiavélicos que pagan la oblata), porque tu perteneces al subconjunto de religiosos maquiavélicos que pagan la oblata y nosotros matamos al subconjunto de religiosos maquiavélicos que no pagan la oblata, y el subconjunto de religiosos maquiavélicos que pagan la oblata debe ser mayor que el subconjunto de religiosos maquiavélicos que no pagan la oblata con objeto de matar al subconjunto de religiosos maquiavélicos que no pagan la oblata.

Conclusión: Nosotros queremos la oblata así que paga la oblata. Tu no quieres que te matemos así que paga la oblata. Nosotros queremos que no mates religiosos maquieavélicos que pagan la oblata así que no mates religiosos maquiavélicos que pagan la oblata. Nosotros queremos la oblata así que no te mates a ti mismo (ya que eres un religioso maquiavélico que paga la oblata).

La coherencia es como la masturbación: cíclica y muy importante a nivel personal.

No hay comentarios: